Un original concepto en hospedaje de alta calidad en una joya colonial mexicana construida en 1863, que fusiona pasado y presente de manera imperceptible. Cinco habitaciones y seis suites diseñadas para ofrecerle comodidad absoluta, cada una con diferentes vistas, espacios y distribuciones para satisfacer sus gustos. Todas incluyen baño privado, agua purificada, amenidades de primer nivel, flores naturales, y una encantadora cesta con dulces de la región — sin televisor o teléfono que interrumpan su descanso.