Con su fachada blanca que resalta contra el intenso azul del cielo sonorense, este templo del siglo XIX es uno de los símbolos espirituales más importantes del norte. En su interior se venera al Cristo Negro, una imagen envuelta en devoción y en historias que han viajado por generaciones. El ambiente es solemne, apacible y cargado de fe.
Por qué elegir el Templo de Santa María Magdalena
Porque es un espacio donde la espiritualidad se siente auténtica y cercana. Visitarlo es sumergirse en una tradición viva y comprender la fuerza simbólica que mantiene unido al pueblo.