Vive su magia
Ajijic es un susurro junto al agua: un pueblo donde cada atardecer pinta de oro el Lago de Chapala y cada calle empedrada respira arte, color y serenidad. Entre murales vibrantes, casonas de adobe, bugambilias que trepan por las fachadas y el vaivén dulce de las lanchas, Ajijic invita a caminar despacio, a mirar con el alma abierta y a dejarse abrazar por un clima perfecto que parece hecho a medida para el descanso. Su ritmo es tranquilo, luminoso, casi terapéutico; un rincón que se siente como hogar aunque llegues por primera vez.
Fundado en 1531 por frailes franciscanos, Ajijic se asienta sobre un antiguo poblado coca, una de las etnias originarias del gran Lago de Chapala. Su nombre proviene del náhuatl “Axixic”, que significa “lugar donde brota el agua”, referencia sagrada para los pueblos ribereños. Con los siglos, Ajijic se convirtió en paso comercial, refugio de artistas, hogar de migrantes y más tarde en una comunidad multicultural famosa por su belleza y clima.
Las raíces
Ajijic es una mezcla viva: herencia indígena coca, espiritualidad franciscana, tradición lacustre, arte contemporáneo y una comunidad cosmopolita que ha nutrido cafés, galerías, talleres, mercados y festividades. Aquí las fiestas patronales conviven con exposiciones, música en vivo, gastronomía internacional y rituales frente al lago que han permanecido desde tiempos ancestrales.
Lo básico
- Capital artística del Lago de Chapala.
- Murales, galerías, cafés bohemios y corredores culturales.
- Gastronomía que une cocina jalisciense, mediterránea y fusión.
- Clima templado todo el año (uno de los mejores del mundo).
- Paseos al lago, malecones coloridos y calles fotogénicas.
Imprescindibles
- Caminar el Malecón de Ajijic al atardecer.
- Salir en lancha por el Lago de Chapala.
- Recorrer sus murales y galerías artesanales.
- Visitar la Parroquia de San Andrés Apóstol.
- Disfrutar música en vivo en cafés bohemios.
- Probar su pan artesanal, birria y trucha fresca.
¿Por qué es Pueblo Mágico?
Ajijic es Pueblo Mágico porque su identidad descansa en la belleza del lago, el talento de sus artistas, las tradiciones ribereñas y su atmósfera única de paz. Es un espacio donde la espiritualidad prehispánica se mezcla con arquitectura colonial y un ambiente multicultural lleno de colores, festivales y arte callejero. Ajijic es mágico porque cada rincón cuenta una historia y porque su vida gira en torno al agua, la creatividad y la tranquilidad profunda.